domingo, 25 de marzo de 2018

A veces creo que no sé escribir...

Hasta hace poco creía yo, dados los elogios de mis compañeros, amigos y familiares, que sabía escribir. Hablo de narración, de relato corto, de la escritura de cuentos que te mueve las fibras porque estableces una relación casi que emocional y personal con los personajes de las historias. La realidad es que no. Les voy a contar porqué.

Este semestre matriculé Escritura de Cuentos Literarios como electiva. Lo hice pensando en mi gusto por los cuentos porque disfruto leerlos y escribirlos. Asumí que puliría algunos pequeños errores de redacción y que mi proceso de escritura sería fluido. Sin embargo, luego de la primera clase me pregunté: ¿por qué estoy viendo esto? A pesar de que ya estoy muy contento en la clase y me he sabido adaptar gracias a la motivación del profesor, la primera clase fue un golpe al ego y a mis sentimientos como escritor en ciernes. Quise desistir de ese sueño. Quise salir corriendo y cancelar la materia.

Resulta que el primer día el profesor nos pidió que narráramos, en un párrafo, una escena teniendo en cuenta lo que nuestros sentidos percibían en ese momento. El profesor apagó las luces, nos sugirió concentración y le dio un toque místico a la clase para encontrar un rumbo creativo. Pasaron los diez minutos asignados para el ejercicio y lo único que tenía era una frase de una línea sin coherencia y con tachones en casi todas las palabras. Al ver que los otros compañeros habían escrito sus párrafos de manera excelsa, me sentí mal. El profesor, al verme tan callado y con cara de preocupación, me solicitó el escrito. Yo le dije que era algo muy sobrio y sin acción. Él insistió en que lo leyera y, ante el temor de la crítica, lo leí. Un murmullo externo opaca tus sentidos, te aleja del mundo que has empezado a construir.

De la práctica saqué la conclusión que, por más comentarios negativos que recibas, siempre será positivo escucharlos, además vas a aprender de ellos, porque estás escuchando la voz de un lector, estás conociendo sus intereses, sus gustos, lo que les gustaría leer y el modo de narrar tu próximo relato. Igualmente, esos comentarios nunca son con la intención de denigrar tu trabajo, ni mucho menos decir que no sirves para escribir. El profesor me ha recomendado mucho narrar la acción y, a menos de que se esté escribiendo una novela, evitar los ornatos en la escritura de cuentos y enfocarme en lo que sucede, sin descuidar la descripción y la psicología, o emociones, de los personajes. Escribir no es solo sintaxis, ortografía y redacción. Para mí, escribir es como un espejo. Lo que lees se refleja en lo que escribes; de algún modo siempre estarás imitando a tu escritor favorito. Y pues, según mi profesor, mi escritora favorita es la escritura académica porque hago uso de términos técnicos.

En todo caso, soy muy dramático e inseguro con mis conocimientos porque técnicamente sí sé escribir, pero me falta la creatividad de Cortázar, la simplicidad de Quiroga y la imaginación de Gabo para conectar los sucesos y atrapar al lector con mis escritos. Debilidades que espero mejorar en este arduo, extenso y complejo, pero satisfactorio proceso, de la escritura de cuentos literarios.
25/03/2018

domingo, 18 de marzo de 2018

El ejercicio físico: una parte esencial en mi vida

Hoy haré una entrada corta pero, por esta característica, no deja de ser relevante, y menos para mí.

Hay muchos placeres en la vida. Algunos sujetos le sacan provecho a su existencia leyendo, saliendo con sus amigos, viendo series y películas, jugando videojuegos, estudiando o practicando algún deporte. Yo pertenezco al grupo de personas que invierte su tiempo libre en el gimnasio; este es uno de mis mayores placeres. Más que un deporte, el ejercicio físico se ha convertido en una parte fundamental en mi vida, así como el aire que respiro, o como el alimento que me da energía; el gimnasio es el motor que me impulsa con motivación en este arduo y pesado recorrido de mi existencia.

Todo comenzó hace nueve años. Sí, hace un buen tiempo para no tener un súper cuerpo como otros. Sin embargo, ha sido tiempo perdido dado a la falta de disciplina y voluntad que tenía por aquel entonces. Asistía con emoción de lunes a viernes, pero llegaba el fin de semana y con él el fin de mi energía. Era asistir una semana para faltar dos meses, grave error. Todo cambió hace un año exactamente, cuando decidí que si quería mis músculos grandes y tonificados, debía comenzar una rutina exigente, disciplinada y constante. Con mucho esfuerzo he logrado parte de los resultados que quiero. Voy todos los días y descanso los sábados para que mi cuerpo se recupere de la fatiga muscular. Además, la mejor parte de todas, es que no debo preocuparme de una manera tan ortodoxa de mi dieta. Como mi objetivo es primero subir de peso y luego tonificar, debo comer constantemente alimentos de cualquier tipo sin excederme, claro está, en las grasas y azucares, siendo estas últimas las de mayor cuidado ya que, en grandes cantidades, se convierten en grasa. Eso sí, el trasnocho y el alcohol debo evitarlos, el descanso es fundamental para que se reconstruyan las fibras musculares y el alcohol pues, una cervecita de vez en cuando no hace daño.

Durante este año de entrenamiento intenso, he pasado de 62 kilos a 67 kilos; el objetivo es llegar a los 75 kilos construidos de masa muscular y no de grasa. Por eso, cuando llegue a los 70 kilos, debo concentrarme más en la dieta. Definitivamente si lo sueñas y lo deseas con toda tu alma, lo logras. Cada día en el gimnasio lo disfruto al máximo y es por esto que, más que pasar el tiempo libre, es un estilo de vida que me libera de tensiones y me llena de energía y alegría. 


Bueno, dije que era una entrada corta pero siempre me emociono hablando de estos temas. Dejaré hasta aquí porque ya me voy a entrenar. ¡Nos leemos la otra semana!

18/03/2018

lunes, 12 de marzo de 2018

¿Está en riesgo de extinción el Homo Sapiens?

Recientemente, he terminado de leer un libro que para el ciudadano del común, ese ser devoto, entregado a la religión y a la ignorancia, y con personalidad y criterio fácilmente influenciables por las masas, podría resultar un tanto extravagante, pecaminoso, y atrevido. Un libro que despierta el interés de las personas para darle un posible sentido a las preguntas que más han inquietado a la humanidad durante tantos años. ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Son las incógnitas sobre las que giran la trama de la novela y que, para la mente reflexiva, crítica y abierta, podría ser la panacea que explique el Origen de la vida y su devenir en las próximas décadas.

No quiero revelar muchos detalles del libro, pues reduciría las posibilidades de que usted, amigo lector, recurra al texto en toda su extensión con más de 500 páginas. Mucho menos quiero despertar polémica, pero cualquier opinión es amablemente aceptada como válida respetando las creencias de cada uno. Sin embargo, lo que sí quiero plantear a modo de reflexión y tema de conversación es, ¿hasta qué punto la tecnología domina nuestras vidas? O mejor, ¿qué tan rápido llegará el día en que el homo sapiens deje de existir como especie?

Actualmente, los seres humanos dependemos en gran parte de la tecnología para realizar nuestras tareas diarias, además, cada día son mayores los avances en este campo. Medios de comunicación masivos, medios de transporte propulsados eléctricamente, dispositivos móviles en redes 5G, transmisión de energía inalámbrica, robots con inteligencia artificial, domótica en los hogares, prótesis robóticas controladas por la mente, incluso chips intradérmicos para prevenir enfermedades, para pagar la cuenta en un restaurante o para abrir la puerta de tu casa.

Todo lo anterior, me conduce a pensar que en menos de 100 años, la esencia del hombre sabio, dentro de una especie autónoma y razonable, se verá amenazada por la intervención directa de la tecnología. Los seres humanos careceremos de humanidad al tener en nuestros cuerpos antígenos artificiales del tamaño de una célula, o al poseer extremidades robóticas producto de una amputación, o quizá al poder conversar de manera natural y espontánea con un armatoste futurista de cables y circuitos —como Sophia—, o sencillamente al tener chips incrustados en el cerebro que permitirán acceder a toda clase de información de manera inmediata.


Quiero detenerme aquí y dejar la reflexión acerca del Hacia dónde vamos y de las ideas que había pensado alguna vez en mi mente inquieta. Ideas que, con una lectura crítica del libro, se han acrecentado más. No es ficción, es una realidad que a pequeños, pero insistentes pasos, se va consolidando en una sociedad consumida por el afán de sobrepasar los límites del pensamiento y la razón. Una historia llena de fantasía que se narra con gran lógica y materialidad en Origen, un libro de Dan Brown y que, si eres curioso, te despejará dudas acerca de las cuestiones planteadas al inicio de esta entrada, o puede que te surjan más, tal y como me sucedió a mí. Quizá te sorprendas al descubrir De dónde venimos.

NOTA: aclaro que el libro no está escrito con la mera imaginación del autor. Todo ha sido fruto de un largo proceso investigativo apoyado por antropólogos, físicos, astrónomos, y científicos de áreas como la biología, e incluso teólogos y comunidades religiosas. Un abrazo y gracias por leer mi entrada, además de los gestos y diversas emociones que de ella pudieron asomar.

12/03/2018

lunes, 5 de marzo de 2018

Ternura felina

Remitiéndonos a la ternura que nos inspiran ciertos objetos, personas y acontecimientos, hoy quiero hablarles de este sentimiento materializado en una bola de pelos andante, de cuatro patas, manchas amarillas y una cola que se asemeja a la de un mapache: Lupe, la mascota felina de mi casa. Lupe es una gata de 9 meses de vida quien, rescatada en una de las zonas de tolerancia más tétricas de la ciudad de Medellín, llegó a esta familia para llenarla de alegría y establecerse como un miembro más. A pesar de la negativa insistente por parte de mis padres, en especial de mi papá, de no traer nunca un animalito a esta casa, ese sentimiento de apatía cambió cuando él la vio por vez primera. Una indefensa y diminuta criatura comenzó a moverse con dificultad cuando fue descargada por mi hermanito en el suelo. Con apenas unos pocos días de nacida era difícil para ella mantener el equilibrio. Mi papá, al verla tan desprotegida, la cargó en sus brazos y manifestó su interés, un poco extraño de su parte, por adoptarla. Desde ese momento, la vida de Lupe y todos en la casa, en especial de mi padre, cambió. Por cierto, fue él quien le puso el nombre.


Lupe es una gata muy afortunada porque pasó de una situación cercana a la muerte, a una vida llena de mimos y comodidades. A pesar del frio y la desnutrición logró sobrevivir con el cuidado de su comprometida y amorosa familia. Con respecto al sentimiento de ternura que nos despierta, debo decir que es porque Lupe juega con bolitas de aluminio, toma agua del lavamanos cuando me estoy cepillando, se rasca en mi maleta, se monta en la nevera y se calienta allí cuando tiene frío, nos muerde los pies cuando no le prestamos atención, se deja tomar fotos posando como toda una modelo. Cuando estamos por fuera de casa y llegamos, ella nos espera en la puerta hasta que abrimos y maúlla, aunque no estoy seguro si del hambre o experimentará alguna clase de sentimiento felino. Pero eso no es todo. Les cuento que también es la alarma de mi papá. Lupe se despierta todos los días a las 6:00am y le toca la puerta mientras maúlla. Cuando él le abre la puerta, ella se lanza a la cama y lo lame. Y si se tapa la cara con la cobija, se mete debajo de ella y le da tiernos zarpazos hasta que se pone de pie. Sin embargo, debo decir que esto es puro y cruel interés: sólo está pidiendo el bocado matutino al que mi papá la ha acostumbrado, una gomita de atún. Por estas razones es que esta gata nos tiene hipnotizados, es como una especie de manipulación que lleva a cabo con sus actos inesperados y traviesos. Mi papá es quien más disfruta de su existencia, y saberse que en un principio, por su espíritu prejuicioso, no quería mascotas. Hasta la más pura e inocente muestra de ternura nos puede cambiar la vida.

05/03/2018